Qué cuidados se recomienda durante el parto normal?
Acompañamiento familiar
El acompañamiento durante el parto proporciona seguridad, hace más tolerable el dolor de las contracciones y facilita el progreso del parto. La persona que le acompañe durante el parto debe ser cuidadosamente elegida por usted. Tendrá que saber cómo desea vivir su parto y ser capaz de cuidarle, apoyarle y animarle en todo momento, sin dejarse llevar por los nervios o la implicación emocional.
La persona acompañante debe transmitir a la mujer tranquilidad y seguridad e infundirle confianza en sí misma.
Acompañamiento profesional
La matrona también debe conocer los deseos y expectativas de cada mujer para poder ofrecer la ayuda y apoyo necesarios. Permanecerá con la mujer sin dejarla sola salvo periodos cortos de tiempo. Cuidará de su bienestar, animándola en todo momento para que pueda vivir su parto según sus deseos. Vigilará la situación de la madre (estado de ánimo, frecuencia de las contracciones, sensación de sed, tensión arterial, pulso, temperatura, etc.) y del feto (auscultación del latido cardiaco) y vigilará la progresión del parto. Sus sugerencias sobre cambios posturales, movilización, ingesta de líquidos, cómo afrontar las contracciones y uso de métodos de alivio del dolor no farmacológicos serán muy valiosas.
Se ha demostrado que la relación entre la mujer y la persona que le atiende influye en gran medida en la experiencia del parto. Los estudios científicos realizados encuentran que las mujeres que reciben un apoyo continuo profesional tienen mayor probabilidad de tener un parto vaginal espontáneo y menor probabilidad de necesitar analgesia epidural, tener un parto instrumental (fórceps, ventosa…) o una cesárea. Además, están más satisfechas con la experiencia del parto.
También se ha demostrado que la atención al parto normal por matronas presenta ventajas: menor necesidad de analgesia epidural, realización de menos episiotomías, aumento de la tasa de parto vaginal espontáneo y de inicio de lactancia materna y una mayor sensación de control por parte de las mujeres.
Prácticas efectivas La guía sobre la atención al parto normal recomienda:
Cuidados generales
- Ambiente de intimidad (puertas cerradas, sólo el personal necesario, silencio, tranquilidad, considerar la habitación como un espacio personal y privado) y espacios acogedores (habitación cálida, sin instrumental sanitario a la vista, con luz regulable).
- Ser tratadas con el máximo respeto, disponer de toda la información y estar implicadas en la toma de decisiones.
- Acompañamiento por la persona de confianza elegida.
- Atención continua por parte de una matrona, no dejando a la mujer sin atención excepto por cortos periodos de tiempo o cuando ella lo solicite.
Dilatación
No permanecer necesariamente acostada, sino moverse y adoptar cualquier posición en la que se encuentre cómoda a lo largo del periodo de dilatación.
Beber líquidos claros (agua, zumos sin pulpa, té o café. bebidas isotónicas). Las bebidas isotónicas son las más recomendables porque además de hidratar, proporcionan pequeñas cantidades de glucosa y previenen la cetosis.
Satisfacer, en la medida de lo posible, las expectativas de la mujer en relación con el alivio del dolor durante el parto.
Control del latido cardiaco fetal de forma intermitente (bien con auscultación con trompeta o doppler o con periodos de monitorización continua).
Realizar tactos vaginales a intervalos de 4 horas, a menos que exista alguna razón para realizar esta exploración a intervalos más cortos.
Segunda etapa
Segunda etapa
Adoptar la posición que cada mujer encuentre más cómoda, evitando permanecer tumbada sobre la espalda. Las posiciones verticales (sentada, de pié, acuclillada) o laterales (tumbada de lado) se asocian a expulsivos de menor duración. Las mujeres que adoptan la posición de apoyo manos y rodillas encuentran que es la más cómoda para dar a luz, y han reportado menor dolor lumbar y menor dolor perineal postparto.
Aplicar compresas calientes en el periné durante el expulsivo y evitar el masaje perineal.
Realizar el pujo de forma espontánea. Las mujeres con epidural que no perciben la sensación de pujo ni las contracciones, necesitan que se les indique cuándo deben empujar.
¿Qué cuidados necesita mi bebé?
Nacimiento
- Contacto piel con piel inmediato e ininterrumpido.
- Evitar la separación de la madre y el bebé, al menos durante la primera hora, hasta que haya finalizado la primera toma. Si es posible, hay que mantener el contacto piel con piel tanto tiempo como la madre y el bebé necesiten. Los procedimientos de cuidados rutinarios postntales del bebé (pesar, administrar pomada oftálmica, vitamina K, vacuna antihepatitis, etc.) deben de realizarse a continuación. Evitar también la separación de la madre y el bebé mientras dure la estancia en el hospital.
- Iniciar la lactancia materna lo antes posible después del nacimiento, preferentemente dentro de la primera hora de vida.
Alumbramiento
- Manejo activo del alumbramiento.
- Pinzamiento del cordón umbilical transcurridos al menos dos minutos tras el nacimiento o cuando deje de latir ya que de esta manera mejoran los depósitos de hierro del bebé y se previenen anemias, además de permitir una transición al medio aéreo más suave. Este pinzamiento tardío puede dificultar la recogida del volumen de sangre necesario para la donación de sangre de cordón.
¿Qué cuidados necesita mi bebé?
Tras el nacimiento, los bebés se encuentran en un estado muy especial en el que están despiertos, atentos a lo que sucede alrededor, con los ojos abiertos, el sentido del olfato muy agudizado y los reflejos activos. Es conveniente conocer la importancia de este momento, que apenas dura dos horas, para vivirlo plenamente. Ese primer contacto en el que el bebé y su madre se miran, tocan y huelen es una experiencia inolvidable.
Usted y su bebé permanecerán en contacto piel con piel atendidos por la matrona, quién se interesará por su estado general, sus constantes (tensión, pulso y temperatura) y el mantenimiento de una adecuada contracción uterina, vigilando el proceso de adaptación del recién nacido.
El contacto piel con piel les ayuda a los bebés a adaptarse a la vida extrauterina, a mantener la temperatura. Además disminuye el tiempo de llanto, potencia el vínculo entre la madre y el bebé, resulta muy grato para ambos y facilita el establecimiento de la lactancia, ya que el bebé instintivamente, busca y encuentra el pezón, se agarra espontáneamente e inicia la primera toma. Este afianzamiento espontáneo tras el nacimiento se relaciona con lactancias más fáciles y de mayor duración.
La matrona les ayudará en la primera toma si su deseo es amamantar.
Las mujeres que no desean amamantar a sus bebés, no deben privarse de los otros beneficios del contacto piel con piel, que se realizará de igual manera. Puede evitarse, si se prefiere, que el bebé alcance el pezón y succione o permitirle esta primera succión sin continuar posteriormente con otras tomas.
La guía sobre la atención al parto normal recomienda el contacto piel con piel inmediatamente después del nacimiento y evitar cualquier separación entre la madre y el bebé, ya que facilita el establecimiento de la lactancia.
Pesar al bebé y el resto de cuidados rutinarios del recién nacido deben esperar a que la madre y el bebé estén tanto tiempo en contacto piel con piel como necesiten.
Además del contacto piel con piel y del inicio de la lactancia materna lo antes posible, la guía sobre la atención al parto normal recomienda para el recién nacido los siguientes cuidados:
- Cubrir y secar al recién nacido con una manta o toalla, previamente calentada, durante el contacto piel con piel para mantenerlo caliente.
- El pinzamiento tardío del cordón umbilical, preferiblemente pasados dos minutos o cuando cesa el latido, ya que mejoran los niveles de hierro en neonatos.
- La administración de pomada oftálmica para prevenir infecciones oculares.
- La administración de vitamina K mediante inyección intramuscular única para prevenir la hemorragia por déficit de vitamina K. La alternativa de la administración oral requiere sucesivas dosis lo que dificulta que el tratamiento se complete, comprometiendo su eficacia.
Por otra parte, se desaconseja:
- La aspiración orofaríngea o naso-faríngea del recién nacido.
- El baño del recién nacido en las primeras horas de vida.
- El paso sistemático de sonda naso-gástrica o rectal.





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